Dale Ro!

Este miércoles 10 de marzo de 2010, ocurrió algo inesperado, ante 20.000 personas, en el Estadio Olímpico de la UCV. Un partido de fútbol donde hubo prácticamente, de todo; un penal, un expulsado, disparos al travesaño, objetos en el campo, perdigones, detenidos, minuto de silencio, goles de contragolpe, a balón detenido, y de simple pero pura técnica. El marcador es de esos que no reflejan el partido, un dominio claro del Caracas FC sobre el Flamengo de Brasil, sin embargo, perdieron 3 a 1. La derrota tiene un sabor amargo para el club caraqueño, al haber perdido los 3 puntos en chile con un juego bastante cerrado, ganar en casa era vital para las aspiraciones a la siguiente ronda. Los goles vinieron del botín de Vagner Love al minuto '34 de penal, tras una mano en el área, y al minuto '74 en contragolpe, utilizando una maniobra para esquivar al portero venezolano Renny Vega y de Rodrigo Alvim cerrando el partido al minuto '90 por parte del Flamengo; por otro lado, del Caracas FC el gol vino del pie de Rafael Castellín al minuto '64, tras una excelente jugada y aun mejor pase del defensor Gabriel Cichero. Al minuto '53 Toró del Flamengo fue expulsado por el árbitro colombiano Wilmar Roldán tras una fuerte falta, dejando con 10 hombres al conjunto brasilero. El travesaño le negó el gol a la 'Pulga' Gómez en el minuto ‘49 dándoles respiro a los brasileros. Así fue todo el partido, 15 remates del Caracas contra 9 del Flamengo, 5 tiros de esquina de los Rojos contra 0 del equipo brasilero y en 7 veces el Caracas obligó al arquero brasilero Bruno a salvaguardar su arco. Sin embargo el marcador fue positivo para el Flamengo que se aferra a la primera posición del grupo 8 en la Copa Santander Libertadores y coloca al Caracas FC en una situación complicada, donde no puede perder más puntos en casa, y debe salir a ganar en Chile y Brasil para seguir avanzando en el torneo.

La barra roja, lo más importante y rescatable del partido. La fanaticada brindó un calor y apoyo que sólo se ve en países donde el futbol es deporte rey, países como Italia, Argentina y Turquía, donde la fanaticada lleva el futbol en la sangre. Los cánticos rojos no dejaron de sonar en ningún momento de los 90 minutos; con alegría y originalidad el público demostró su apoyo al club, sin importar estar abajo en el marcador. Desde el comienzo, sólo se vivía euforia, desde la aparición del equipo al campo, con los gritos de "Dale Ro, Dale Ro, Dale Dale Ro"y el grito de "Seguid el ejemplo que Caracas dio" en el Himno Nacional junto a bengalas, lanzallamas caseros y banderas, hasta el pitazo final en el que aun se oían "Al Caracas lo llevo, lo llevo en el Corazón...". La fanaticada pasó 90 minutos de pie, gritando, saltando y aplaudiendo demostrándoles a los jugadores que, al igual que ellos, iban a dejar todo en el terreno de juego. Se puede oír a cierta gente criticar y decir “la barra salió de control, abusaron, que desastre” sólo porque lanzaron objetos, estaban alebrestados y tuvo que intervenir de la Guardia Nacional con perdigonazos. La respuesta a ellos es que vayan a un partido en Anfield Stadium de Inglaterra o al Olímpico de Roma o en la Bombonera argentina, donde hay hasta muertos en los partidos, donde se ven al verdadera fanaticada, donde se respira, se come y se vive fútbol, donde están los legendarios Hooligans; no traten de opacar el impulso Caraqueño, porque lo que se vio en el estadio de la UCV fue pura pasión, llevar la camisa del equipo, tener sangre de color roja, fue ser ese doceavo hombre en la cancha.

Con gran alegría y orgullo debo decir que el beisbol no es el único deporte que llena estadios en Venezuela, ya no es el manda más deportivo y que se cuiden el “Ruuge con los Leones del Caracas”, “La Guaria Pa’Enchima” y “Magallanes será Campeón” porque viene con fuerza, con corazón, y acompañado de una marea roja un nuevo grito, el “Dale Ro, Dale Ro, Dale Dale Roo”.