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Thursday, June 3, 2010

La Imperfección de Armando fue...perfecta


Galarraga pierde el juego perfecto tras un error del umpire

La imperfección de Armando fue… perfecta

El pelotero venezolano no tendrá en los libros de historia el juego perfecto; pero si en todos nuestros corazones.

Armando Galarraga nació en Cumaná el 15 de enero de 1986. Desde pequeño, como todo venezolano, creció jugando beisbol; hasta que creció y le agregó técnica a la pasión que arrastraba desde pequeño. En el 2007 debutó en la gran carpa, las grandes ligas, con los Texas Rangers. Hoy en día, es pitcher abridor de los Detroit Tigers; una potente y precisa recta acompañada de una curva violenta son sus principales armas desde el montículo.

Probablemente, si no eres seguidor del beisbol, no sabías quien era Armando Galarraga hasta la noche del 2 de Junio de 2010. Donde el cumanés estuvo muy cerca de ser el vigesimoprimer pitcher en la historia de la MLB (Major League Baseball) en hacer un juego perfecto. La perfección es simplemente una grosería en el juego de pelota; es hacerle sacar a cada una de las personas que se paran en el Home a batear. En otras palabras, es hacer 27 outs consecutivos en un partido.

Recta tras Recta, bateador tras bateador, picheo tras picheo, Armando iba marcando la historia. La ofensiva había respondido, los Detroit Tigers estaban 3 a 0 contra los Indios de Cleveland entrando al noveno inning. El venezolano ya había hecho 24 outs y se veía cómodo en la lomita y solo 3 bateadores lo separaban de la gloria.

Después de poco, ya había retirado a 2 de los 3 bateadores; la gente ya creía en el milagro. Los fanáticos pensaban en lo valiosas de sus entradas pues ellos presenciaban historia en primera fila. Varios imaginaban cómo le iban a contar a sus nietos la gran hazaña del venezolano. Porque ser testigo de semejante actuación es un privilegio que pocos han podido observar en los 141 años de historia que tienen las grandes ligas.

Un novato, Donald, se paró en el Home a batear; un silencio rotundo invadió al estadio Comerica Park en Detroit. Le da swing completo al bate y logra conectar la bola entre la primera base y la segunda. Miguel Cabrera logra dominar el rolling y sin problemas se la da a su paisano Galarraga. El estadio se derrumba en celebración; los gritos de los fanáticos casi opacan la sentencia de Jim Joyce (el umpire de primera base). Todo el estadio bajo alaridos y euforia cuando Joyce grita…”SAFE”. ¿Quieto? ¿De verdad el umpire acaba de decir que el corredor llegó a salvo a la inicial? Cabrera no lo podía creer; el sueño se había terminado.

En este momento, el Twitter enloqueció. Ahí pude observar el verdadero poder de esta herramienta de comunicación. Pocos minutos después de la sentencia y las palabras “Galarraga” y “Jim Joyce” ya eran los tópicos más comentados. La mayoría de los mensajes eran insultando al umpire; sobre todo los venezolanos que estábamos ilusionados por nuestro paisano. En Wikipedia, alguien entró al archivo del Jim Joyce y colocó que había muerto ese día (se tuvo que bloquear la pagina por vandalismo). Además estoy seguro que, mañana o pasado mañana, en Facebook me llegará la invitación al grupo “Jim Joyce Hijo de #$%&”. La fanaticada mundial estaba enojada; y seamos sinceros… ¿quién no lo estaría?

En el estadio, la euforia fue cambiada por abucheos. Galarraga no lo podía creer; cualquiera hubiera matado a Joyce… Armando sólo sonrió y volvió a la lomita a terminar su labor. Terminó el juego y era una victoria amarga. Después del juego el tigre cumanés se quedó pensando en el clubhouse; no había palabras de aliento. Fue allí, cuando una visita inesperada le llegó. El mismísimo Jim Joyce fue a buscarlo y casi sin poder hablar le pidió disculpas. El tigre cumanés lo abrazó y dijo “Nadie es perfecto”.

Joyce después dijo a la prensa: “Le coste un juego perfecto al muchacho (…). Creí que (Donald) había vencido el tiro, estaba convencido de esto hasta que vi la repetición.(…)Fue la sentencia más importante de mi carrera y lo arruiné”.

Después de todo, lo más impresionante de todo el altercado fue la reacción de Armando; es todo un ejemplo a seguir por su deportivismo. El pitcher respetó las reglas del juego, sonrió y terminó su trabajo. Cualquier otro, incluyéndome, le hubiera gritado, lanzado el guante e incluso caído a batazos.

Armando Galarraga declaró algo que quedará para la historia:”Aquí tengo mi pelota guardada y mi CD. Y se lo voy a mostrar a mis hijos. Yo tiré un juego perfecto”; y tiene la razón. No importa lo que digan los libros de historia, la noche del 2 de junio de 2010, Comerica Park y el mundo fue testigo de que Armando Galarraga lanzó el juego perfecto. Yo lo sé; los venezolanos lo sabemos; los fanáticos del beisbol lo sabemos; Galarraga lo sabe; y hasta Jim Joyce lo sabe.

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